Exponen aterradoras teorias del fallecimiento de Juan Ramón Sáenz, locutor de ‘La Mano Peluda’

La Mano Peluda fue un programa de radio de México, el cual era transmitido también por internet; en él se cuentan relatos de terror, los radioescuchas llaman al programa en vivo y relatan sus historias paranormales y de terror.Tuvo sus inicios en 1995 con la conducción de Rubén García Castillo, quien permaneció cuatro años tras el micrófono. Fue en 1999 cuando Juan Ramón Sáenz se convirtió en locutor creando el giro popular que levantó la transmisión del programa.Durante su liderazgo de La Mano Peluda, Juan Ramón escuchó miles de historias y cuentos de terror. Pero especialmente un caso tuvo mayor impacto y repercusión, el llamado, Caso Josué.En el 2002, Josué Velázquez, se comunicó al programa para contar su historia, pues aseguraba haber vendido su alma al mismo Diablo. Durante su relato informó que en su juventud su familia presentaba problemas económicos, por lo que optó tomar el “camino fácil”. Intentó en diversas ocasiones contactar a un demonio, sin éxito alguno al inicio, pero finalmente logró su objetivo.Especifico que el ente le enseño a realizar hechizos a personas y conseguir así todo lo que quisiera, claro, dando algo a cambio. Inicialmente fueron sencillos rituales con velar. Sin embargo con el paso del tiempo las tareas comenzaron a ser más sangrientas, empezó a sacrificar animales incluso llegando al extremo de sacrificar a un recién nacido.Se dice que le fue ofrecido el legendario anillo de Salomón, si pagaba el costo: matar a un familiar. Josué mató a su abuela, consiguiendo asó el anillo. No todo fue bueno, pues constantemente recibía visitas de espíritus que le recordaban que el día de su muerte, su alma se iría directo al infierno.Cansado de la situación, desesperado marcó a La Mano Peluda para intentar poner fin a su maldición. Pues tras haber buscado chamanes, brujos y religiones que lo ayudarán, todos se negaron su ayuda informando que era imposible romper su pacto con el diablo.En llamada en directo con el programa, acudió a Juan Ramón Sáenz. Durante su llamada comenzaron a rezar, momento en que pensaron a escucharse risas, gruñidos y voces. Además espectadores informaron que al mismo tiempo experimentaron cosas paranormales. Susurros incorpóreos, pasos, luces que se prendían y apagaban durante la transmisión, incluyendo también a todo el equipo.Incluso se cuenta que una pantalla en el estudio se quebró de punta a punta sin que nadie la tocara.

Tras la llamada, Josué “desapareció” por algún tiempo, pues el locutor trato de contactarlo sin lograrlo. Fue años después que regreso a la mira cuando concedió una entrevista al programa Extra normal exigiendo algunas condiciones:1.- No se mostraría su rostro.2.- La úbicacion no sería revelada.3.- Juan Ramón Sáenz tendría que estar presenteJosué durante la entrevista portó una capa de piel de algún animal y un hueso humano que supuestamente los usaba como protección.En la mano derecha traía un guante negro que tapaba el anillo que había intercambiado con el Diablo, se dice que a todos los saludo con la mano izquierda, menos a Juan, a quien saludo con la mano derecha.En la entrevista se les ve incómodos, al señor Sáenz en especial que no paraba de removerse inquieto. Josué les contó que estaba a punto de liberarse de su trato, que ya solo le faltaba un pequeño paso.Días después empezaron a ocurrir eventos sumamente raros e inquietantes:El camarógrafo fue intervenido de urgencia por una hernia. Mario Estrada, el conductor, tuvo un terrible accidente. Y el 29 de mayo del 2011, Juan Ramón Sáenz falleció.Obviamente los espectadores empezaron a formular teorías de lo sucedido y todos los dedos apuntaron acusatoriamente a Josué. Una de las teorías más fuertes apunta a qué el único método de "salvación" era una alma por otra alma. Y que sumado a que la entrevista tenía pinta de ritual (se realizó en medio del agua), solo saludo al locutor con la mano del anillo y que había comentado que solo le faltaba una pequeña cosa para liberarse del trato se llega a la conclusión de que el alma que tuvo que pagar fue la del queridísimo Juan Ramón Sáenz, el hombre que en un principio lo ayudo de forma desinteresada