¿Te lo imaginas?, pues si lo trasladamos a la realidad, la respuesta la tuvo el artista hawaiano, Paul Pfeiffer con su obra titulada Vitruvian Experiments, una maqueta inspirada en el Estadio Olímpico de Sidney en Australia e inaugurado en 1999.  La escultura de casi tres metros de alto, tiene un millón de asientos y respondería a las necesidades de consumo de la sociedad actual, señala Fernando Arruda, curadora adjunta del Instituto de Arte Contemporáneo de Brasil. “Al reunir estas dos obras, Pfeiffer evoca tanto la falta de vida y movimiento en la figura de Vitruvio como el poder de la vida y la creación en el Imperio. La figura de Vitruvio nos hace un espectáculo mientras reclama público”, señaló. 

El trabajo de Pfeiffer se basó principalmente en la conexión de la cultura contemporánea con el arte, la política, la religión y los medios de comunicación. La obra ya ha sido exhibida en importantes recintos como el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York, el Museo Hammer, en Los Ángeles, el Museo Contemporáneo en Honolulu y el Museo de Arte Contemporáneo en Chicago. Con información de Medio Tiempo