El biólogo marino y experto en tiburones, Riley Elliott se encontraba investigando las aguas de Nueva Zelanda cuando repentinamente sufrió el ataque de un tiburón marrajo. Esta especia, también llamado de 'aleta corta', puede llegar a medir hasta cuatro metros, y es muy parecido al peligroso tiburón blanco.Al animal marino no le importó que Elliott estuviera navegando en su yate de lujo con valor de millones de dólares, y atacó directamente la embarcación, dejando sus dientes marcados en el casco. La marca es visible y le sacaría un tremendo susto a cualquiera."¿Pero qué haces colega?", le menciona Elliott al tiburón, provocando que el animal soltara la embarcación y se sumergiera de nuevo en el agua. Ya con la cámara apagada, el especialista cuenta que el tiburón comenzó a nadar alrededor del yate esperando alguna reacción de la tripulación.Fue el propio biólogo quien decidió saltar al agua a nadar un rato con su nuevo amigo. Por suerte, el tiene conocimiento perfecto de su comportamiento y decidió estudiarlo de cerca porque, sin duda, a cualquiera de nosotros nos hubiera parecido un acto terrorífico.

Con información de La VanguardiaUM