TAMAULIPAS.- Las mujeres de la tercera edad no están exentas de sufrir violencia en el hogar, incluso es el maltrato que padecen más las víctimas, llegando a creer que están condenadas a vivir en esa condición hasta el final de sus días, porque para ellas ya no hay alternativas.  Sin embargo, en lo que va de la pandemia, por lo menos 35 mujeres de 60 a 85 años de edad originarias de Tampico, Madero y Altamira, se armaron de valor y decidieron acudir a Casa Violeta (CV), un refugio donde se brinda apoyo integral a quienes están pasando por violencia doméstica. Aracely Rodríguez Céspedes, coordinadora de CV en Tampico, informó que “son las menos, pero también son alcanzadas por este flagelo”. Sufren principalmente violencia psicológica y emocional por parte de sus esposos y en otros casos abandono. 

“También sus hijos llegan a ejercer violencia sobre ellas, pero sobre todo refieren que son sus maridos quienes las tratan mal, les dicen cosas ofensivas y lastiman su dignidad, incluso les dan empujones, por fortuna no hemos tenido casos de agresiones extremas hacia ellas, pero la violencia psicológica y emocional es la antesala de la violencia física”, comenta. Mujer escapó de su casa para buscar refugio   La semana pasada, en Casa Violeta atendieron a la mujer de mayor edad que ha acudido ante esa instancia, una abuelita de 85 años que escapó de su casa para ir a pedir consejo y terapia ante el maltrato que recibe a diario por parte de quien una vez le prometió amarla, cuidarla y respetarla todos los días de su vida. “Son adultas mayores que no llegan golpeadas como otras mujeres de menor edad, pero sí muy lastimadas psicológica y emocionalmente. En esa etapa de su vida no están exentas de la violencia, y a ellas les pega más duro pues se ven en un callejón sin salida, creen erróneamente que por su edad avanzada no pueden hacer nada para defenderse y que tienen que resignarse a ese sufrimiento”. Desde su apertura el 1 de septiembre del año pasado, Casa Violeta ha recibido a un estimado de 700 mujeres para brindarles algún tipo de atención y “se estima que las abuelitas representan el 5 por ciento de ese universo”, dijo Aracely Rodríguez. “Hay casos donde no tienen el respaldo de sus hijos o están lejos; a veces uno es el que maltrata y otro protege, pero el común denominador es que son las parejas quienes las agreden. La otra vertiente es el abandono, a sabiendas que son dependientes moral y económicamente, esa es también una forma de violencia”. Rodríguez Céspedes expuso el funcionamiento de CV y dijo que se brinda apoyo psicológico, médico, legal y un refugio por 72 horas en caso de ser necesario, aunque la mayoría de las féminas solo acude a pedir una orientación jurídica, atención psicológica, o ambas. Mencionó que están estrechamente coordinadas con el C4 y cuando las mujeres piden auxilio al 911 les son canalizadas si así lo demandan. A partir de ese momento las acompañarán y guiarán para presentar una denuncia ante el Ministerio Público Investigador. “DIF nos apoya con los alimentos de ellas y de sus hijos y por medio de Trabajo Social se busca una red de apoyo seguro, ya sea con un familiar o amistad que las pueda proteger a su salida de Casa Violeta y no regresen a donde está el agresor porque corren peligro”, apuntó. mvls