Desde los 10 años tocó en la agrupación norteña de su abuelo y más tarde se convirtió en un músico profesionalmente al cursar la carrera en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey.

MONTERREY.-  Raymundo López tiene la música por las venas pues es la tercera generación en este oficio donde los acordes y partituras guían la alegría del corazón.Desde los 10 años tocó en la agrupación norteña de su abuelo y más tarde se convirtió en un músico profesionalmente al cursar la carrera en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey.Hoy, además tocar cerca de siete instrumentos, también labora como director musical y otras variantes en la industria del entretenimiento.Pero como todos los sectores, la pandemia también tocó a la dinastía López, y Los Hijos de Juan, la agrupación de Raymundo, también se vio afectada.A pesar de ello, el músico es un especímen humano que es único. Vive de las emociones, tanto las alegrías como las tristezas; y sabe que con la armonía de sus instrumentos, es capaz de hacer viajar en el tiempo incluso a las almas más frías, más duras.Porque, ¿quién no ha viajado al pasado tras haber recordado una canción? Esa es la magia de la música.mmr