El diario inglés Daily Mail detalla que la pequeña se llama Pooja y durante muchos días había sentido un dolor extraño en su estómago, a tal punto de volverse insoportable.Al avisar a sus padres, de inmediato fue trasladada al Hospital RN Pandey ubicado en la ciudad de Gonda, siendo examinada por un equipo médico. Fue sometida a una tomografía computarizada y los médicos notaron que cargaba en el vientre una gigante bola de pelo. Había que poner manos a la obra para evitar mayores complicaciones de salud.El doctor Rajesh Kumar Pandey y su equipo médico fueron los encargados de llevar a cabo la cirugía, misma que se extendió por cerca de tres horas. “La paciente ingresó en nuestro hospital con quejas de dolor y vómitos. Estaba muy débil y no podía caminar. Realizamos varias pruebas y encontramos una bola de cabello en su estómago e inmediatamente realizamos una cirugía”, señaló.

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Al platicar con la paciente, ella reconoció que durante varios años tuvo una obsesión por comerse su cabello, motivo por el cual se acumuló en su estómago. “Después de un examen y un interrogatorio, ella confesó haber masticado su propio cabello por años. Si no hubiese sido operada a tiempo, podría haber sufrido una deficiencia nutricional que incluso podría haberle costado la vida”, indicó el médico.La pequeña Pooja fue diagnosticada con tricofagia, padecimiento que consiste en la succión inocente del cabello, condición presentada mayoritariamente en niños. Es una enfermedad catalogada como peligrosa, pues el estómago no puede digerir el cabello.

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En muchos casos, la bola de pelo se extiende desde el estómago hasta el intestino delgado, generando una especie de cola. Dolor abdominal y náuseas son de los primeros síntomas que se presentan. En casos extremos, las bolas de cabello se pueden acumular con fibras humanas o vegetales y se acomodan en el tracto gastrointestinal, provocando malestar severo.En ocasiones, trastornos emocionales como el estrés o la ansiedad, impulsan a los pequeños a ingerir cuerpos peludos no sólo de la cabeza, sino de muñecas de juguete o cepillos dentales. Según la clínica, Pooja se encuentra estable después de someterse a cirugía, pero recomiendan a los padres ingresarla a terapia para manejar el trastorno compulsivo.

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