La tradición de llevar a la novia al otro lado del umbral no es una tradición nueva; se remonta a siglos y tiene unos orígenes diferentes.La primera idea para llevar a la novia por el umbral proviene de la misma creencia antigua que la idea de un corredor de pasillo y arrojar pétalos de flores al pasillo. Esta creencia es que la pareja de recién casados es muy susceptible a los espíritus malignos. Al llevar a la novia sobre el umbral, el novio está poniendo un espacio protector entre ella y el suelo; así, protegiéndola.Hace generaciones, se consideraba como una dama que la nueva novia no estuviera, o al menos pareciera estar, no dispuesta a "entregarse" a su nuevo marido. Si lo era o no, no era el problema, todo se trataba de apariencias. En el umbral del dormitorio, el marido tendría que cargarla en brazos para animarla a entrar.

Pareja busca evitar mala suerteOtra tradición dicta que la nueva esposa debe ingresar a su casa por primera vez por la puerta principal y para evitar la mala suerte, no debe tropezar ni caerse. Para evitarlo, el novio la llevaba a la casa.Durante la antigüedad, cuando las personas se casaban por captura, la novia obviamente no entraba voluntariamente en la casa de su esposo. Así que la arrastraron o la llevaron adentro. Con el tiempo, evolucionó y se convirtió en la tradición que se practica hoy en día.Incluso en épocas anteriores se creía que los demonios familiares seguían a la novia a su nuevo hogar. Para evitar que ingresaran a la casa, el novio la llevaría a través del umbral la primera vez que ingresara a la casa. Después de eso, los demonios no pudieron entrar y la novia fue libre de ir y venir cuando quisiera.